Los Almadenes, Hellín (Albacete)
Los Almadenes

El yacimiento toma el nombre de la zona donde se encuentra: el Cañón de Los Almadenes, un área que ocupa el extremo suroriental del término municipal de Hellín (Albacete), muy cerca ya del límite con Murcia, y recibe este topónimo por la existencia de minas de azufre cuya explotación está documentada, al menos, desde época árabe. Este espacio geográfico se vertebra en torno al río Mundo que discurre por un tramo encajonado hasta desembocar en el río Segura, en un punto que dista apenas unos tres km. del yacimiento. Sobre la ribera derecha del cañón, en el lugar más alto y de mayor visibilidad, se sitúa el poblado. Esta ubicación le otorga un control estratégico del entorno inmediato y de diversas e importantes vías naturales de comunicación: hacia el sur, se alcanza la costa murciana y alicantina siguiendo el curso del río Segura; por otro lado, a través del valle interior que arranca desde Moratalla (Murcia) se llega a la zona de Cástulo y su área de influencia, donde también se puede ir siguiendo el río Segura hasta su cabecera; por último, hacia el norte se enlazaría con el interior de la provincia de Albacete siguiendo el Arroyo de Tobarra.

El lugar elegido es un cerro de forma triangular con dos de sus lados de vertientes muy escarpadas, por ello la construcción defensiva consta de un solo lienzo de muralla de algo más de 110 metros de longitud situado en el lado más accesible. En el vértice del triángulo la muralla enlaza con el escarpe rocoso septentrional con un ensanchamiento de forma más o menos cúbica en el exterior y un relleno de piedras y tierra en el interior. De ser una torre, su función sería la de defender uno de los puntos más vulnerables; de hecho, ésta es la zona por la que en la actualidad se accede al yacimiento.

La técnica constructiva empleada no difiere de lo que ya se conoce para esta época en otros lugares. El lienzo se construye con un doble paramento y un relleno de piedras de mediano tamaño; la altura del paramento externo, de 1,20 m. en el lugar mejor conservado, permite observar que el aparejo se dispone en hiladas más o menos regulares formando un claro ataludamiento. A lo largo de la base discurre una especie de plataforma construida con un aparejo similar, cuya función podría ser la de ofrecer una superficie horizontal sobre la que levantar la muralla propiamente dicha; no obstante, y mientras no se excave, no podemos descartar que se trate de simples refuerzos adosados a posteriori, o incluso en el mismo momento de la construcción.

El edificio 1 ocupa una superficie construida aproximada de 330 m2, que se organiza en dos zonas en torno a un gran patio cuadrangular, si bien es el resultado final de unas reformas que unen lo que en origen debieron ser dos viviendas independientes. En el lado oeste se levanta una gran construcción de planta rectangular irregular dividida en cuatro departamentos. El ala este del edificio está conformada por tres habitaciones independientes que se abren hacia el patio central.

El muro de cierre meridional del patio limita con otro espacio abierto muy amplio que interpretamos como una calle longitudinal, ya que parece prolongarse hacia el este y el oeste rebasando la extensión del edificio 1. A esta calle se abre una construcción rectangular simple en cuyo interior aparece otro hogar circular; esta construcción quedó identificada como edificio 2.

Posiblemente la evolución constructiva en al menos dos fases concuerde con la evolución funcional apreciada en la parte oeste, la cual, tras un primer uso doméstico, pasa a utilizarse para el almacenamiento de ánforas y otros grandes vasos contenedores.

Otro de los aspectos que llama poderosamente la atención es el conjunto cerámico descubierto, que aparece fragmentado pero completo en su gran mayoría. Esta circunstancia nos permite reconstruir con un alto grado de seguridad cual el repertorio material de esta época. El ajuar del edificio 1 está formado principalmente por ánforas imitación del tipo fenicio Rachgoun-1, fabricadas en dos tipos de pastas distintos que no corresponden a la típica pasta esquistosa occidental. Les siguen en número los vasos pintados, casi todos grandes vasos de almacenaje, aunque también se dan pequeños vasos de mesa como una botella, cuencos y platos. La cerámica gris está representada sobre todo por platos de borde vuelto y excepcionalmente por vasos de morfología peculiar como son una pequeña urna de orejetas, un gran vaso bicónico de cuello señalado y una fuente de pie talonado. todos estos vasos se fabrican a torno, mientras que la cerámica de cocina se sigue fabricando a mano con un repertorio en el que destacan grandes orzas de almacenaje, ollas pequeñas más apropiadas para la cocción de alimentos, cuencos tronconicos y cubiletes.

La distribución de esos vasos en ciertas estancias del edificio 1 aportan una serie de datos importantes para la reconstrucción funcional del edificio. Llama la atención la gran concentración de ánforas y vasos de almacenaje en un número que excede indiscutiblemente las necesidades de un grupo familiar. En una de las habitaciones los vasos estaban apoyados sobre las paredes norte y oeste, y aún otros sobre éstos, dejando un estrecho pasillo de acceso a otras. De todo ello se deduce que si en un principio se construye como vivienda, en un segundo momento, las estancias se amortizan para el uso doméstico pasando a convertirse en almacén. Por el contrario los materiales que aparecen en las estancias del ala este son mas escasos y dispersos, lo cual indica a nuestro juicio que es aquí en donde se realiza la vida diaria. Sólo en el caso de la estancia D se incumple este razonamiento ya que aparece prácticamente vacía, sin que por el momento encontremos una explicación lógica a ello.

Las características constructivas y los materiales muebles hacen de este enclave un lugar de interés estratégico para los inicios del comercio en un momento en el cual toda esta zona de la provincia de Albacete se encuentra inmersa en una dinámica económica y social retardataria y atrasada respecto de otros lugares de mayor dinamismo a todos los niveles como son las zonas costeras del Levante (Alicante y Murcia), el área de la Alta Andalucía y la zona nuclear tartésica en la baja Andalucía. Este hecho motivó el que se verificase un proceso algo más lento al principio en lo que atañe al fenómeno de la iberización en sentido estricto y que este sea mucho más rápido a partir del inicio del siglo VI antes de Cristo en esta zona de Albacete.

Su excelente estado de conservación posibilita la consecución de información para el conocimiento del origen de la Cultura Ibérica en la Comarca de Hellín y sus alrededores, una zona de transición entre la Meseta y el Levante, organizada fundamentalmente gracias a la presencia de los ríos Segura y Mundo, dos vías de comunicación naturales que ejercieron un poderoso factor de atracción para la ocupación del territorio y su explotación.

Historia:
Según consta en la documentación de la confederación Hidrográfica del Segura se descubre hacia 1931 para caer en el olvido. Jerónimo Molina, director del Museo de Jumilla, lo vuelve a visitar en 1976, para ser incluido en la Carta Arqueológica realizada por J. Jordán hacia 1980. En la década de los años noventa del pasado siglo se advierten diversas intervenciones arqueológicas clandestinas y se realiza una primera campaña de trabajos arqueológicos autorizados en 1993 para documentar la zona alterada, para continuar en 1995 con una segunda y última campaña.

Recomendamos:
El itinerario de visita se realizará mediante visita concertada con el fin de proteger el yacimiento. Se hará desde la zona media del camino de acceso que arranca de la carretera al pantano de Camarillas para poder ofrecer una visión de detalle del paisaje de tierras blancas que circunda al yacimiento.


Materia o contenido: Arqueología. Periodo orientalizante. Ibérico
Director: F. JAVIER LOPEZ PRECIOSO - FELICIANA SALA SELLES
Tlf.: 967 304 630
E-mail: museo@hellin.es
Horarios: Concertados para vistas de grupo


Visibilidad y accesibilidad*:
Accesibilidad al conjunto Estructuras visibles Paisaje



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Imágenes:

Ánfora Edificio 1 desde el oeste Edificio 1 lado sur Edificios 1 y 2 Muralla defensiva Vista Aérea

Planos:

Plano Edificio 1 Plano Edificio 2

Documentos:



Bibliografía básica:

- López Precioso, J., y Sala Sellés, F., Los Almadenes, El mundo ibérico: una nueva imagen en los albores del año 2000. Ed. J. BIánquez Pérez, 1995, 186-191.

- López Precioso, J. y Noval Clemente, R., El poblamiento durante el Eneolítico, la Edad del Bronce y la Edad del Hierro en la comarca de Hellín-Tobarra, Ponencias a la Historia de Hellín, 2, 1991, 23-32.